domingo, 11 de abril de 2010

Salida 27 de Marzo vuelta a Lucainena


Este día es uno de los peores que he pasado en bicicleta. Pero de todo se sacan enseñanzas y de este día también y es que es muy importante saber sufrir en la bicicleta y aguantar y no abandonar a las primeras de cambio, conocer tu cuerpo ir regulando, adaptar la marcha a tus posibilidades y no explotar y tener que bajarte de la bici.

Nada más salir de mi casa, esa mañana ya me encontraba raro. Me dirigía a la plaza de la Cañada y ya iba raro, esa noche no había dormido prácticamente y las sensaciones rodando eran extrañas. Bajamos por el nuevo acceso de la universidad y por todo el frente costero nos dirigimos en dirección al Nazareno.

Al llegar al Nazareno, giramos a la izquierda en dirección a la serrata y Nijar.


Al llegar a la serrata, empezaron los típicos ataques, iba en cabeza del pelotón y aguante los mismos y pegué un tirón antes de llegar arriba, llegue casi arriba el primero, pero solté pedal unos metros antes de llegar y los demás pasaron.


Ya noté que algo no iba bien, pero bueno seguimos hacia Nijar, antes de llegar al pueblo paramos, para esperar a los retrasados. La gente comenzó a salir, nosotros salimos casi los últimos, para alcanzar a los que iban delante, hubo que incrementar el ritmo, hay ya empecé a sentirme mal. Fran “el músculos”, al girar a la izquierda hacía Nijar y llegar al desvío a Lucainena, incremento el ritmo bastante, seguí el tirón, pero metros antes de llegar al cruce de Lucainena, tuve que soltar el ritmo, porque vi que reventaba, si seguía a ese ritmo.


Entonces me di cuenta de lo mal que iba, la sensación para explicarla con un ejemplo, es como cuando tienes un móvil, que la batería esta en mal estado y va cargada a tope, pero de pronto vas a hacer una llamada y se te viene totalmente abajo y te dice que esta descarga, eso fue lo que me pasó a mí.


Pensé en darme la vuelta y volverme a El Alquian, porque me encontraba muy mal la verdad. Pero decidí seguir, bajar el ritmo totalmente, hasta acomodar a un ritmo para poder llegar.


La gente me pasaba, me arengaban a seguirlos pero no podía, de todas formas, intenté todavía junto a “Maxi” coger de nuevo el grupo, pero me di cuenta de que era inútil, lo único que iba a conseguir es reventar y tener que bajarme de la bici. Volví a bajar piñones y acomodé mi ritmo, y me preparé a sufrir, la gente me pasaba, pero yo iba tranquilo. Llego un momento en que me empecé a encontrar mejor. Llegaron a mi altura Alfonso el hermano de Francis y Javi “Slechk”, conseguí aguantar su ritmo, llegamos al primer alto y comenzamos a descender.


Pasamos el huerto solar y en los repechos que hay al pasar el huerto, antes de comenzar a descender hacia Rambla Honda, me costó horrores, seguir su ritmo, pero como sabía que faltaba poco, sufrí para seguirlos.

Descendimos rápido y al llegar a Rambla Honda, estaban ya esperando ya muchos compañeros. Al bajar de la bici, me di cuenta de verdad de lo mal que estaba, me encontraba mareado y me tuve que agarrar a la señal de tráfico donde había apoyado la bici, para no caerme.


El alcalde de Lucainena, quería que pasáramos por la vía verde, para echarnos unas fotos y publicarlas en el libro de promoción de la misma. Yo me encontraba tan mal que me quería ir para el pueblo, pero al final me convencieron. Bajando hacia la vía verde, me dolía mucho el hombro izquierdo y las cervicales.


Como pude aguanté el rato del recorrido de la Vía Verde de Lucainena (por cierto muy bonita) y al llegar al pueblo, entré rápidamente a la tienda y me tomé una Coca-Cola, rápidamente, luego pedí otra y una palmerita de chocolate. Me fui para la fuente y me senté y tranquilamente descansando me tomé la Coca-Cola y la palmerita, hasta que me fui encontrando un poco mejor. Nos echamos la foto de rigor y partimos, no sabía como me iba a encontrar y por lo mismo llamé a la familia por si tenían que recogerme.


Tengo que agradecerle a Antonio, su celo al no separarme de mí en ningún instante. Pasé los repechos que hay hasta la nacional encontrándome bien, en el camino de vuelta aguanté los tirones como pude, siempre con Antonio cerca de mí, por si algo me ocurría y al final para llegar a El Alquian, me di un calentoncillo, para alcanzar a los paisanos.


Cuando llegué a casa me encontraba fatal, las piernas me dolían terriblemente, me duché y no tenía ganas de comer (cosa muy extraña, cuando lo normal es tener bastante hambre). Tenía mucho frío y me acosté vestido en cama con el edredón, para quitarme el frío que tenía.


Al día siguiente tenía la boca llena de vejigas y estuve varios días con diarrea.


Total algún virus o algo por el estilo.


Aquí dejo el enlace al blog de la UCMO:

http://uc-martinez-oliver.blogspot.com/2010/03/salida-sabado-vuelta-lucainena.html

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