jueves, 11 de septiembre de 2008

Anecdotas ciclistas: Chaparrón con inundaciones, en bicicleta

En Almería no es frecuente que llueva. Ayer miercoles 10 de septiembre como todas la mañanas cogí la bicicleta para ir al trabajo. El cielo estaba muy oscuro, pero bueno siempre piensas que al final no va a llover.

Pues nada salgo con mi bici y cuando llevo poco más de un kilometro empieza a llover, me pongo el chubasquero. Pero a los pocos segundos empezo a caer un chaparrón, como por aquí decimos, de los que pocos se recuerdan, en 25 minutos cayerón 40 litros por metro cuadrado.
Pensé que hago, me vuelvo o sigo, de todas formas ya iba, no empapado, sino que puedo decir que rebosaba agua por todos lados, total que continuo camino.
El agua pasaba de medio metro en algunos sitios, me cubría por encima del plato, parecía que caía a cubos, el cielo se había abierto y estaba soltando todo lo que tenía, los coches con las luces encendidas y según me cuentan no veian nada, la lluvia me golpeaba acrecentada por las rafagas de viento.
La poca gente que iba en coche me miraba y pensaban "este tío esta loco", no iban muy descaminados porque yo mismo lo iba pensando.
Al llegar a la población que hay cerca del campus universitario las tapas de las alcantarillas saltando, coches bloqueados por el agua, torrentes de agua que tenian una altura mayor que la de las aceras.

Cuando llego al edificio universitario en el que trabajo, la gente resguardada en unos techados esperando a que abrieran las puertas, me miraron y algunos riendo y otros diciendo este tio esta mal de la cabeza.
Cuando entro en el edificio iba chorreando de agua, deje un rio en el hall.

A los diez minutos para de llover, a mediodía el sol brillaba.

En la ciudad túneles, garajes, calles y demás inundados.

En fin las anecdotas que uno tiene para contar.